Siempre me ha gustado el cabello lacio. Me encanta. Cada que me miraba al espejo deseaba poder tener un sedoso y hermoso cabello lacio.
Sin embargo, mi cabello siempre ha sido ondulado.
Solía mirar con desprecio mi cabello ondulado, opaco y esponjado.... Lejos de ser el cabello que siempre había deseado tener. Durante toda la secundaria y preparatoria lo mejor que podía hacer era atarlo en una cola de caballo.... Fea y esponjada. Por más que traté de peinarlo siempre acababa esponjado como si fuese una melena de león y yo lo detestaba. Cuando entré a la universidad eso cambió, puesto que ahora tenía la posibilidad de plancharlo todos los días. Diario. Durante 4 años.
Logré mi cometido: tener el cabello lacio. Pero.... ¿A qué costo?
Mi cabello terminó maltratado, seco, sin vida... Pero lacio.
Un día me miré al espejo y dije: "¿vale la pena tener el cabello lacio de esta forma?". Entonces dejé de plancharlo y comencé a cuidarlo, hidratarlo, mimarlo... Pero sobre todo a amarlo tal cual es: ondulado.
Y funcionó. Ahora mi cabello ha recuperado su brillo, sus rulos son más hermosos y definidos; pero lo más importante es que cada que me miro al espejo me encanta mi cabello ondulado, tal cual es. No necesita ser lacio para estar hermoso.
No necesita ser lacio para estar hermoso.
Así como mi cuerpo no necesita ser delgado para estar hermoso.
Si voy a ser delgada....pero al mismo tiempo ser frágil y enfermiza... ¿Realmente vale la pena?
Cada día es un reto, amarme y aceptarme tal cual soy.... Pero sé que cada día hay un avance... Así como acepté mi cabello puedo aceptar mi cuerpo y un día, mirarme al espejo y finalmente apreciar lo que todo el mundo ve en mi.
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